martes, enero 25, 2005

Puede que esto no sea más que una extensión de esto que han llamado en denominar Yo, bueno, al menos uno de mis yoes, como para ser consecuentes con la teoría budista. Siempre me pareció medio extraña esa teoría, pero si Harry Miller tenía al lobo estepario y a sí mismo dentro, ¿por qué yo no he de tener a varias Lorenas debatiéndose por un cacho de materia existencial? Aunque esta extensión sea menos poética y en triste versión tecnológica (mirá el reducto en la quedó mi alma, esto ya empieza a sonar a tango barato), sin embargo me resigno a ocupar este breve espacio ¿que alguien leerá?, bueh...
Ahora me voy a ver si la ramita que tengo hace días funciona de varita mágica. A lo mejor Heinserberg tenga razón y todo dependa del observador...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Voy leyendo de manera tangencial y me encuentro con un reducto de amable indiferencia.
¿Existen los tangos baratos? Habrá que escribir entonces uno a dos manos (o cuatro).

La rama me recordo una imagen de una película no muy optimista (el protagonista fantasma, ya que no aparece hasta el final de la cinta) donde aparece "The Golden Bough", "La rama dorada" de Frazer, esperemos que te sriva.

principio de incertidumbre dijo...

Yo supongo que si existen, de hecho te podría mil pruebas de lo mismo, pero... Yo, gustosa, escribiría muchas cosas (no sólo tangos) con usted; aunque quizá nos salgan mejor las series detectivescas, a lo Max Smart, ;-)
Un día le cuento de mi rama y sus vastos poderes.
Me da una alegría inmensa que se paseé por estos lares.
Saludos Don JV.

P.D. no ví esa película, es buen momento de ir a visitar amigos con videocasseterra, ;)