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De chica siempre me causaba intriga esa obsesión que veía en las películas yanquis por el deletreo. A mí nunca me hacían pasar al frente para deletrar. Pero sí me sacaba 10 en los dictados.
Más o menos así, empieza
Palabras mágicas... aunque para ser sincera no se sabe bien qué pasa, trascurrida la primera hora. Y logra desesperar un poco. Algunos directores abusan de la lentitud; no es un recurso que se deba utilizar por que sí y luego asumimos que es una película interesante porque da espacios. Pues ésta no los da. Sólo quedan huecos y bronca por no saber qué es lo que exactamente pasa en esta familia.
Lo único que salva la idea de que Richard Gere (
profesor de la historia de la religión) intente introducir a la cábala a su hija de once años es...verla en casa, tapada, comiendo sandguchitos con dulce de leche y que esté de oferta.
Paradoja: Gere saca de una comunidad hare-krishna a su propio hijo. ¡Ja!
Para ver a R.G. haciendo de actor semi serio prefiero verlo en remakes hollywoodenses de cine japonés e intentando bailar vals con Jennifer López.
Puntaje: 2.8/5 pdi.