viernes, abril 18, 2008

Revelaciones cotidianas

Anoche, mientras pagábamos el yogur, jugo y otras cosas, miré a la cajera (del supermercado a la vuelta de casa) mientras me sonreía y noté sus aparatos.

5 comentarios:

Martín Aon dijo...

Ah, esto me recuerda a una vez que yo estaba trabajando (soy plomero y gasista) en la casa de un vecino que vive unos pisos más abajo que mi dpto. -en el mismo edificio desde hace 5 años- y mientras yo le arreglaba el calefactor el tipo se sentó en el sillón, creca mio, y sin dejar de conversar se sacó un pie o lo dejó sobre la mesa ratona, como si nada.

Anónimo dijo...

Esta es la parte buena de la inmediatez del blog de la que hablábamos: escribir sobre estos fenómenos tan cotidianos y a la vez reveladores, como decís vos.
Beso!

principio de incertidumbre dijo...

martín: a eso mismo me refería: a la chica la veo siempre (es mi supermercado de rigor); trato de pasar por su casa las veces que pueda porque es buena. Tiene anteojos grande, pero ése detalle no lo observé antes.
O son recientes.

Es como la descolocación de la imagen. Y para bien, claro.

pau: sí, capaz que no son de las cosas más comentadas (a esta altura quién sabe qué lo es) pero a mí me interesan como desarrollo de la mirada.

o del relato, ¿no?

Saludos a los dos.

Martín Aon dijo...

Yo le diría la recolocación de la mirada.
Descubrir esas miniaturas está buenísimo. Para mi este post fue una buena idea, aunque no sea masiva.
Saludos.
PD: como va la salud?

lucas dijo...

Es que nunca nada es del todo cotidiano. Me parece muy bien que el yogur y el jugo hayan entrado en la anécdota.