martes, octubre 21, 2008

LA SORPRESA

Mirarse en el espejo y decirse deslumbrada: qué misteriosa soy. Soy tan delicada y fuerte. Y la curva de los labios conservó la inocencia.
No hay hombre ni mujer que no se haya mirado en el espejo y no se haya sorprendido consigo mismo. Por una fracción de segundo nos vemos como un objeto a observar. A esto lo llamarían tal vez narcicismo, pero yo lo llamaría: alegría de ser. Alegría de encontrar en la figura exterior los ecos de la figura interna: ah, entonces es cierto que no me imaginé, yo existo.

Clarice Lispector
, Revelación de un mundo (Adriana Hidalgo, 2005).

4 comentarios:

Anónimo dijo...

qué diria Descartes
interesante blog n.n !

Natalia Molina dijo...

Lore es hermoso el fragmento de Clarice que elegiste.
Mirarse, sorprenderse, reconocerse y celebrarlo. Menuda y maravillosa tarea...
un abrazo

Verónica Cento dijo...

Muy interesante la famosa Clarice. No es la primera vez que me cruzo con ella. Creo que deberé comprarme algo de ella para sacarme el gustito de leerla.
El fragmento que elegiste, buenísimo.

Abrazossss

principio de incertidumbre dijo...

violetic-noir: ¿seguiría diciendo lo mismo de cogito ergo sum...?

;)

nati: estoy leyendo este libro y es hermoso.
El fragmento está como en la segunda página.

Da alegría.

abrazo.

vero: sí, vero. Yo también tenía cita pendiente y totalmente maravillada.
Beso.