jueves, junio 30, 2005

Del amor y otros fiambres

Domingo a la madrugada. Regresando por Alem (inclíta calle de Bahía Blanca Gotic City), mi amiga, Marian y yo. Charlando de la vida y otros menesteres, portando algún que otro milímetro de alcohol en sangre, nos cruzamos a una linda parejita, muy abrazados ambos dos. Una fuerza etílica sumada a influjo de los dioses hizo que le gritáramos al unísono la anacrónica frase: "viva el amor". Respuesta inmediata del joven: "viva la mortadela". Aunque le explicamos que la frase estaba desprovista de ironía no dijo más nada, y siguió abrazando a la linda muchacha que llenaba el espacio hueco.
No sólo porque la respuesta fue casi lo menos romántico que escuché en mi vida (bueh) y amor y mortadela hacen una muy mala rima; no sólo por eso me siento indignada. Qué diría el viejo Miguel Hernández al respecto. Ay, en dónde fuimos a parar.


Tristes guerras
si no es amor la empresa.
Tristes, tristes.

Tristes armas
si no son las palabras.
Tristes, tristes.

Tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes, tristes.

M. Hernández.

P.D. esta servidora se pregunta si de ahora en más para acercarse a algún muchacho deberá llevarle algún embutido, alegando el poder afrodisíaco del mismo.

martes, junio 21, 2005

(Cosas en la que estuve pensando estos días y Liniers terminó de confirmar)


Mañanas

Aspirar fuerte y nacer.
Oxígeno como cáncer
alerta los sentidos.
Pájaros rompen silencio
y la poca muerte
se despega de huesos
sangre alma.
Flores tiemblan de sol.
Triste ser asfalto sin
olor a tierra húmeda.

sábado, junio 18, 2005

Himno de la victoria
(en ciertas circunstancias)

en madrugada en pleno su esplendor
quién sino yo como ginebras destruyendo a sus víctimas
amadas
para dar luz a la indecisa claridad de sus mesas
quién sino yo con papelitos lujosas descripciones hechas
para callar
o la palabra mesa las mentiras
los metros de mentiras para vestir los codos del borracho
los sastres están tristes pero se cose y canta
se miente en cantidad hermanos míos resulta bella la
fealdad
amorosas las pústulas gran dignidad la infamia
al pájaro al cantor al distraído le han crecido reptiles
con asombro contempla su gran barbaridad
hurrah por fin ninguno es inocente
caballeros brindemos las vírgenes no virgan
los obispos no obispos los funcionarios no funcionan
todo lo que se pudre en ternura dará
miro mi corazón hinchado de desgracias
tanto lugar como tendría para las bellas aventuras
de Cólera buey, Juan Gelman.

domingo, junio 12, 2005

Vete de mí

Tú, que llenas todo de alegría y juventud
y ves fantasmas en las noches de trasluz,
y oyes el canto perfumado del azul,
Vete de mí.

No te detengas a mirar las ramas muertas del rosal
que se marchitan sin dar flor
mira el paisaje del amor
que es la razón para soñar y amar.

Yo, que ya he luchado contra toda la maldad
tengo las manos tan deshechas de apretar
que ni te puedo sujetar,
Vete de mí.

Seré en tu vida lo mejor, de la neblina del ayer
cuando me llegues a olvidar
como es mejor el verso aquel
que no podemos recordar.
Bola de Nieve.

lunes, junio 06, 2005

Anoche, víctima (de nuevo) de la ausencia de música, tuve que escuchar radio. Mientras hacía mover el dial, me dentengo en Fm Hit. En eso anuncian que las canciones que emitían eran parte de "Los 105 mejores polvos de la historia; 105 canciones calientes".

Entre más noticias locas, Stallone, escribió el guión de una película sobre ¡Edgar Allan Poe! y está esperando productor. Pueden seguir leyendo acá.
IV

Sistema, poeta, sistema.
Empieza por contar las piedras,
luego contarás estrellas.
León Felipe.

"Creo que todo escritor es un amanuense. Un amanuense no se sabe de quién, ni de qué. Podemos pensar, como pensaban los hebreos, en el ruaj, el espíritu; o en la musa, como pensaban los giegros, o en la "gran memoria", en la que creía el poeta irlandés William Butler Yeats"
J.L.Borges, de Diálogos inéditos (Borges/Ferrari)

"¿Qué hay más incitante que el celeste, si no una nube, de dócil claridad?
Por eso me gusta más que el silencio de una teoría cualquiera, y todavía más que una página blanca un escrito cuando parece insignificante.
Este es mi ejercicio y mi suspiro higiénico."
Francis Ponge.


"Morelliana.
¿Por qué escribo esto? No tengo ideas claras, ni siquiera tengo ideas. Hay jirones, impulsos, bloques, y todo busca una forma entonces entra en juego el ritmo y yo escribo
dentro de ese ritmo, escribo por él, movido por él y no por eso que llaman pensamiento y que hace la prosa, literaria y otra. Hay primero una situación conusa, que sólo puede definirse en la palabra; de esa penumbra parto, y si lo que quiero decir (si lo que quiere decirse) tiene suiciente fuerza, inmediantamente se inicia el swing, un balanceo rítmico que me saca a la superficie, lo ilumina todo, conjuga esa materia confusa y el que la padece en una tercera instancia clara y como fatal: la frase, el párrafo, la página, el capítulo, el libro. Ese balanceo, ese swing en el que se va informando la materia confusa, es para mí la única certidumbre de su necesidad, porque apenas cesa comprendo que no tengo ya nada que decir. Y también es la única recompensa de mi trabajo: sentir que lo que he escrito es como un lomo de gato bajo la caricia, con chispas y un arquearse cadencioso. Así por la escritura bajo al volcán, me acerco a las Madres, me conecto con el Centro -sea lo que sea-. Escribir es dibujar mi mandala y a la vez recorrelo, inventar la purificación purificándose; tarea de pobre shamán blanco con calzoncillos de nylon."

Bueno, resumiendo. Creo que ni antes ni ahora sé qué responder al respecto, quizá esto sólo era una prueba, que sí resiste a fallas y prueba una vez más que ponerse a clasificar es tan vano como absurdo. Tal vez debería contestarle a mi amigo con algo de Borges (para variar):

"La semana pasada me han preguntado en diversos ambientes... dos personas me han hecho la misma pregunta; la pregunta es: ¿para qué sirve la poesía? Y yo les he dicho: bueno, ¿para qué sirve la muerte?, ¿para qué sirve el sabor del café?, ¿para qué sirvo yo?, ¿para qué servimos? Qué cosa rara que se pregunte por eso, ¿no?"
De diálogos con Ferrari.

domingo, junio 05, 2005

¡Hubieras avisado antes, Biedma!

NO VOLVERÉ A SER JOVEN

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

"Poemas póstumos" 1968, Jaime Gil de Biedma.